Ricos en creencias, costumbres e ideologías, los primeros pobladores del Estado nos brindan la de una tierra que ha luchado contra las fuerzas del desierto creando una tierra idónea.
La cultura de algunos de estos grupos, actualmente, se encuentra en serio peligro de extinción.
Por su número de habitantes, se agrupan de la siguiente manera:
- Mayos o Yóreme mayo: ("el que respeta la tradición"): Su población se distribuye a lo largo del río Mayo en 242 localidades, con una población aproximada de 72,000 habitantes, de los cuales 32,000 se ubican en Sonora y 40,000 en el vecino estado de Sinaloa, constituyendo el grupo más numeroso. Mantienen viva la lengua y sus fiestas están relacionadas con el ritual católico, sobretodo la Cuaresma y Semana Santa. Destacan sus danzas del venado, pascolas y matachines.
- Yaqui o Yoheme yaqui: ("la gente" ): Es el grupo indígena más representativo de Sonora. Distribuidos en ocho pueblos con sus propios gobernadores tradicionales, su población se estima en 32.000 habitantes. Guardan celosamente el uso de su lengua, sus tradiciones y su arraigo a la tierra. Sus principales festividades muestran un sincretismo religioso entre sus ritos ancestrales y la evangelización jesuita del siglo XVII, apreciándose fundamentalmente en las festividades de Cuaresma y Semana Santa. La danza del venado yaqui es la más conocida dentro y fuera del Estado, además de otras como la danza de los coyotes, de los pascolas y de los matachines.
- Pimas Bajos o O'ob: ("la gente") están ubicados en la Sierra Madre Occidental, colindando con el Estado de Chihuahua, y viven en comunidades y pequeñas rancherías diseminadas por el municipio de Yécora. Su población actual se acerca a los 1.600 habitantes en ambos estados, de los cuales 800 corresponden a Sonora. Su principal festividad es " el Yúmare", un ritual de agradecimiento por el levantamiento de una buena cosecha. También celebran la Semana Santa, entre otras festividades católicas.
- Guarijíos o Makurawe: ("Los que andan por la tierra") están ubicados al sureste del Estado, en los municipios de Álamos y Quiriego, así como en el suroeste de Chihuahua. Es muy difícil acceder a ellos por vivir en lugares muy recónditos de la Sierra de Álamos, distribuidos en rancherías y varios centros de población, tales como Mesa Colosrada, San Bernardo, Quiriego,etc. Su población alcanza los 1,100 habitantes y sus fiestas están relacionadas con las lluvias y los santos patrones, en las que destacan la tuburada y la cava-pizca.
- Seri o Conca'ac: ("La gente"), con una población estimada en un poco más de 600 personas, se encuentran ubicados en dos localidades a orillas del Mar de Cortés: Punta Chueca, del municipio de Hermosillo, y Desemboque, del municipio de Pitiquito. Sus fiestas rituales están enfocadas a su relación cósmica con el mar y el desierto, como la fiesta de la Caguama de Siete Filos, el Año Nuevo (a finales de junio o principios de julio), la fiesta de la Pubertad y la de la Canasta Grande.
- Pápagp o Tohono O'odham: ("la gente del desierto"), también conocidos como Pimas Altos. Con una población de menos de 400 habitantes se encuentran ubicados en el desierto de Sonora, en los municipios de Caborca, Altar, Saric, Peñasco y Sonoita al norte del Estado. Sus principales festividades son, el "Vi ikita" relacionada con las lluvias y la fiesta de San Francisco y otras relacionados con el rito católico. En el sur de Arizona, E.U. se encuentra una población bastante mayor de este mismo grupo.
- Cucapá: El pueblo Cucapá, cuyo nombre en su lengua original significa “el que viene, el que llega” está situado al noroeste del Estado, en el municipio de San Luis Río Colorado, en la frontera con los Estados Unidos. Actualmente es una etnia casi extinta en Sonora, con una población de poco más de 95 habitantes. Dentro de los rituales que aún conservan el más importante se relaciona con la ceremonia funeraria.
- Kikapoo: Con una presencia en Sonora de más de 100 años, se ubican en el municipio de Bacerac, en la Sierra Noreste del Estado. La necesidad de integración del grupo original, motivó una asimilación de las costumbres mestizas sonorenses dando como consecuencia la pérdida de su lengua y tradiciones. Su población actual en Sonora es de alrededor de 90 personas.
Del Estado, destaca la Danza del Venado, proveniente de nuestros ancestros indígenas. Aquí les mostramos una vista rápida en el siguiente video; sin embargo puede disfrutarlo completo en http://www.youtube.com/watch?v=_CK0aLVUqx0
Existen asosiaciones que apoyan a estas tribus, como Lutisuc, la cual promueve que se conserven esas culturas; Lutisuc los apoya en ser mediador de ventas de varios de sus productos y dándoles parte de las ganancias.
Debemos apreciar a nuestros ancestros ya que tienen una cultura única, de la cual podemos aprender cosas o simplemente mostrar respeto.
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